viernes, 30 de octubre de 2009

RAE DE HIPERTEXTO Y LITERATURA

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AUTOR.
Una batalla por el signo en tiempos posmodernos.
Bogotá: CEJA, 1999.

PALABRAS CLAVES.


RESUMEN

HIPERTEXTO Y LITERATURA

El hipertexto en el horizonte literario (y que he examinado en el anterior aparte), conforman un observatorio privilegiado de lo que, siguiendo la visión de una crítica dialógica, podría definirse como la lucha de universos antagónicos de significación. Las reacciones frente al hipertexto que hemos revisado antes serán consideradas aquí, según lo previsto, como manifestaciones de un malestar más profundo: el que se genera por el enfrentamiento de varios sistemas axiológicos que, inesperadamente, entran en conflicto, dadas ciertas condiciones.

Pero también el olvido del origen tecnológico de la literatura moderna explica el grado casi dramático de pérdida de credibilidad de lo literario (romántico-modernista) en la sociedad contemporánea, las versiones modernas de los ritos y cuentos recogidos por Sir James Frazer en La rama dorada... De esta manera la literatura se configura como conocimiento superior que rivaliza con la ciencia y se da además un aura de misterio muy útil a la hora de sobrevivir en una sociedad pragmática. Lo curioso es que esa posición ideológica habría sido rebasada, según Kernan, por las circunstancias de transformación de los distintos órdenes en este final del siglo XX: en primer lugar, existe una especie de desfase casi patético, si consideramos que la sociedad capitalista contra la cual luchaban los literatos románticos está cambiando de un modo dramático (sin que la institución literaria se haya percatado del todo) y con ella los valores; de modo que el papel de critica social atribuido a la literatura romántica (con sus ideales: la imaginación creadora del artista, la obra de arte única y perfecta, la magia, el estilo y el misterio del mito).

Para esta literatura (basada en la institucionalización e idealización del potencial de la imprenta para crear autores, fijar textos y estabilizarlos, catalogar libros, etc.), ha venido perdiendo autoridad, y en consecuencia, realidad, en la medida en que decrece la habilidad para leer, La obsolescencia cultural... se ha apoderado de la vieja literatura en un mundo donde la televisión está transformando todo lo que toca... donde la creación de la imagen ha capturado el lenguaje. Así es como la vieja literatura deja de ser plausible o útil por las nuevas circunstancias del siglo XX. Por eso, Kernan hace un doble llamado. Primero: no olvidar que el arte es sólo lo que la sociedad que lo engendra dice que es (llamado al que hay que complementar con la pregunta: ¿qué tipo de “literatura” es la que esta “nueva sociedad” postindustrial está diciendo que es o que debe ser?). Segundo: el arte puede ser un mal chiste, pero también debe ser un concepto y una actividad que sirva a las necesidades humanas y gane respeto de la sociedad en la que tiene que existir.

LA LITERATURA ROMÁNTICO-MODERNISTA.

Kernan que podrían resultar provechosos a nuestros propósitos si queremos beneficiarnos de las lecciones de la historia: de un lado, la denuncia que hace el autor de La muerte de la literatura, acerca del menoscabo que significa para la literatura reducir su estética a un programa ideológico (en este caso, el anti-industrialismo).
el renacimiento y la ilustración, las cortes y la aristocracia patrocinan las artes, y la poesía se define según la conveniencia de los intereses y los valores de la clase dirigente. Los escritores eran en su mayoría hombres de buen gusto y con recursos, y hasta aspiraban al gentilicio (Kernan, 19). Pero la poesía cortesana decayó en el siglo XVIII con la revolución francesa: las sociedades autoritarias y aristocráticas se convierten en parlamentarias y liberales, las economías agrícolas en capitalistas; la ciencia reemplaza la religión y se impone una fe en el futuro y el progreso. La cultura deja, con la imprenta, de ser oral y se transforma en cultura de letra impresa. También es el comienzo de lo que en el futuro romántico habría de convertirse en literatura, cuando autores y hombres de letras establecen una manera diferente de pensar sobre las cosas literarias.

Se dan los rasgos que Gutiérrez Girardot recuerda con precisión: el poeta se convierte en héroe, y su vocación poética se convierte en tema. Hay una especie de retorno romántico, según el cual, el poeta prefiere la “evasión”, la naturaleza, lo primitivo, la conciencia profunda, lo irracional, el arte. Ese retiro voluntario de la sociedad y el rechazo de los valores materialistas, que se acerca mucho a un programa típicamente romántico, genera en la situación del poeta modernista una especie de “retraso cultural” (Kernan, 24) que lo hace aparecer como personaje truculento, atormentado y perverso. Ese retraso cultural se hará patético en nuestros días, como hemos afirmado arriba. Desde este punto de vista, la literatura no solo habría constituido un tipo inocuo de critica, sino que, en su ingenuidad, habría estado coadyuvando a mantener el modo de producción que la vio nacer en sus formas modernas, y contra el cual supuso que había estado luchando: el capitalista.

EL DERRUMBE DE LA VIEJA LITERATURA

¿Es posible referenciar alguna reacción, alguna dinámica al interior de la institución literaria que hubiera buscado superar todas estas limitaciones de la estética romántica?

Si seguimos a Kernan, tendríamos que afirmar que, efectivamente, algo así sucedió: al “viejo orden literario” lo desmanteló una revolución intelectual. ¿Cómo fue ese proceso?, Veamos: La crítica literaria tradicionalmente ha aspirado a ser la ciencia del discurso.
Al comienzo, se usó para multitud de tareas mundanas: reseñas, publicidad, mejorar el gusto, proporcionar juicios expertos, es decir, proveer diversos servicios institucionales.
Según Kernan, han sido siempre hombres orgullosos y ambiciosos, resueltos a ascender socialmente y, también, siempre ha habido intentos por hacerse parecer como necesarios e importantes: así por ejemplo, al elevar su oficio al nivel de profesión, y luego su paso a la docencia universitaria y a la investigación. Con todo, se seguía admitiendo que “quienes no pueden crear, enseñan”.
La imagen, el símbolo, la ironía, la ambigüedad y demás figuras de las que se pensaba antes que distinguían la literatura de otras formas de discurso ya no son ahora más que tropos o artefactos retóricos, maniobras del lenguaje usados para crear ilusiones de verdad o de realidad.
La televisión, cada vez más, desplaza al libro, y su forma idealizada, la literatura, sufre el impacto más fuerte. Se agrava la crisis del analfabetismo, lo que ha obligado a convertir los cursos universitarios de literatura (e incluso los programas) en cursos de composición y redacción. Las inscripciones en los departamentos de literatura bajan, y en las universidades nuevas ya no aparecen los programas de literatura y en vez de eso surgen las facultades de comunicación. La literatura “seria” ya no cuenta con público, ni distribución, y la crítica ha deconstruido los principios básicos, declarando la literatura como categoría ilusoria, que el poeta ha muerto, que la obra es sólo un texto, el lenguaje incapaz de soportar un sentido y la interpretación como asunto de elección personal.
Kernan insiste en que la “vieja literatura” del romanticismo y el modernismo murió en parte por suicidio, en parte por asalto criminal:
Se podrían echar culpas particulares, pero es mejor entender esto como parte de un cambio cultural en el que la deconstrucción y la televisión juegan un papel importante, pero sólo constituyen aspectos de una alteración social más amplia.
¿Y cuáles son esos signos que conectan las reacciones frente al hipertexto con la muerte de la literatura y a ésta con la mutación de los diversos ordenes contemporáneos? Kernan los sintetiza así:
La transformación de una economía manufacturera en una economía de servicios, el paso de un modo de obtener información basado en la imprenta a un modo electrónico, de una economía de la escasez y el ahorro a la “sociedad de la abundancia” consumista, de una política de la representación a una política del activismo social individual y grupa

HIPERTEXTO Y POSMODERNIDAD
EL DISCURSO SOBRE EL HIPERTEXTO Y LAS ESCRITURAS DE LA POSMODERNIDAD.
UNA COMPILACIÓN NECESARIA.

Kernan afirma que la literatura que está en vías de extinción es la literatura romántico-modernista, una manera fácil de nombrar la nueva literatura, sería, precisamente, con el alias de posmodernista. Kernan incluye entre los miembros activos de la nueva literatura a los “escribanos radicales”: pos estructuralista, feminista, neomarxista, freudianos.
Esto nos recuerda Raymond L. Williams, un autor que ha seguido muy de cerca el debate entre modernos y pos moderno: que el debate modernidad/posmodernidad es también un debate político-académico, en la medida en que se ponen en juego ciertos intereses profesionales:
Para algunos observadores del “debate” modernidad/posmodernidad, los que defienden modernidad y modernismo son los neomarxista de Criticad Theory y los del lado del posmodernismo simpatizan con el pos estructuralismo de Michel Foucault, Jackes Derrida, Gilles Deleuze, Jean Baudrillard y otros, Desde esta perspectiva es como algunos objetos culturales, derivados de los mass media y de las nuevas tecnologías, podrían jugar del lado del posmodernismo progresivo. Williams, para sustentar esta última posibilidad, recuerda lo que afirma el filósofo italiano Pietro Barcelona (en su libro: posmodernidad y comunidad. Madrid: Editorial Trotta, 1992), en relación con una valoración positiva de estos objetos: que los mas media y las nuevas tecnologías no son un simple “espejo” de las diferencias (de lenguajes y de culturas que pone en evidencia la globalización), sino que actúan como un transformador que convierte las diferencias en entidades conmensurables, es decir, que hace posible las equivalencias y la comunicación, aunque sin bloquear la (también posible y legítima) lectura plural de las imágenes.
Así por ejemplo, para algunos (entre ellos para el filósofo español Jesús Ballesteros), posmodernidad debe ser entendida como "resistencia"; cualquier otra acepción caería en el calificativo opuesto de "decadencia" . Sin embargo, este discurso va en contravía de otro (y específicamente del de Vattimo) que identifica la posmodernidad precisamente como la pérdida de resistencias.

ESCRITURAS DE LA RESISTENCIA
Ballesteros asegura, por ejemplo, que el discurso posestructuralista francés es un tipo de discurso posmoderno "inauténtico", a pesar de su intención de ruptura, pues mantiene un vínculo estrecho con el modernismo y no llega a constituir un verdadero cambio de paradigma. Según Ballesteros, sus tres conceptos fundamentales: texto, inconsciente (o máscara) y simulacro, no operan como verdaderas sustituciones, sino apenas como disoluciones de conceptos modernistas . Por esta razón, Ballesteros califica como decadente esta escuela e inventa el término tardomodernidad para definir ese tipo de actitudes y pensamientos que (como el posestructuralismo) no logran romper el lazo con la modernidad, y restringe el uso del término posmodernidad al tipo de pensamiento "alternativo" que es capaz de dar respuesta (resistir) a los retos de la sociedad actual.
Así, comprendida como oportunidad-necesidad de realización de la resistencia o como espacio para la liberación, a la posmodernidad se le augura, en ambos casos, una esperanza "feliz", un tiempo, una posibilidad de liberar al hombre de esa hegemonía de la modernidad (entendida, en un caso como obstinada permanencia de un sistema social, y, en el otro, como persistencia del principio de realidad), que podría equipararse también a la esperanza por una sociedad más libre y democrática, implícita en el discurso promocional del hipertexto.

ESCRITURAS DE LA ESPERANZA
Teresa Oñate, por ejemplo, logra mostrar que, escondido en los intersticios y en los márgenes de la híper modernidad , un pensar-vivir distinto al que corresponde al proyecto moderno (es decir, un pensar-vivir distinto al de la Identidad ) empieza a desenvolverse, creando las condiciones para otra humanidad y otra historia, "menos patéticas", condiciones para la solidaridad planetaria y la resistencia: el pensar-vivir de la Diferencia, La clave de la distinción es también el desenmascaramiento (como en Ballesteros); aunque el objeto de su ataque es, aquí, ese discurso de la Diferencia (Oñate distingue al menos cuatro ) que simplemente consiste en una antítesis de la modernidad y que sólo conduce a la re-instalación de una modernidad negativa, a una antimodernidad. Para esta filósofa, tal antinomia (que da origen a la "ambigüedad" de la posmodernidad).
Landow, por ejemplo, hace una defensa del hipertexto como prótesis, cuando, criticando a Lyotard, propone que el hipertexto proporciona al hombre algo que le hace falta: ni más ni menos que una herramienta más simétrica a la forma natural de funcionamiento del cerebro: la asociación de ideas. Para Paul Virilio, en cambio, las nuevas tecnologías de la "interactividad instantánea" sólo pueden provocar consecuencias espantosas que es necesario eliminar: entre otras, la desocupación extensiva, pero sobretodo lo que él llama una "inercia creciente".
La creación, desde esta perspectiva, aparecerá pronto como una actividad socialmente necesaria, un trabajo útil: la necesidad de formar, de inventar, de crear, disolverá la frontera entre consumo y producción. Todo adquirirá esa velocidad que aterra a Virilio, pero que estimula a los optimistas de la hipermodernidad.

ESCRITURAS DE LA CREATIVIDAD.
Dos cuestiones podrían guiar este examen: a, ¿será la posmodernidad (entendida como desarrollo de la hipermodernidad) un espacio-tiempo propicio para la creatividad o implica, por el contrario, la parálisis de las disposiciones creativas del hombre? Y, en caso de afirmar esta última cuestión, b. ¿Cuál es el deber-ser de la resistencia?
Al considerar, siguiendo a Bruno Lussato, que crear es producir "información añadida" , es decir, al estimar que todo objeto que posee este tipo de información es un producto del acto creativo, y al definir la creatividad, por lo tanto, como la capacidad del sujeto creativo de producir objetos que soportan y vehiculan información añadida, estamos afirmando que la creatividad opera tanto en el arte, como en la ciencia y la técnica.
Ahora, según Cornelio Castoriadis, el signo actual más evidente de la decadencia del ordenamiento social es el desplome de la creación cultural, y éste se manifiesta por diversas "señales"; una es el dramático decrecimiento de la "densidad" de creadores: "Y he aquí un universo de cerca de tres o cuatro mil millones de humanos, con una facilidad de acceso sin precedentes [...] que no ha producido (en los últimos cincuenta años) si no un número ínfimo de obras de las que se pudiera pensar que de aquí a cincuenta años se considerasen como maestras”. Frente a la dimensión tecnológica como abono de la creatividad en la cultura contemporánea, Castoriadis opina que lo que está en tela de juicio no es el abrumador potencial tecnológico o su desarrollo, sino la incapacidad (o incluso la imposibilidad) de la actual sociedad, no solamente de imaginar o instaurar otros usos de lo "tecnológico", sino de transformar esta dimensión técnica de manera que pudiera hacer que los individuos se comuniquen y participen, En el segundo caso, lo hemos visto, las posiciones se distribuyen entre quienes asumen la tarea de potenciar la herramienta tecnológica (como Landow, De las Heras o Camarero) y quienes no le ven un futuro plausible (García Berrio).

ESCRITURAS DE LA ESTÉTICA
De un lado, está el desenmascaramiento que ha hecho Lyotard (en La condición posmoderna) de la relación ciencia/poder, al mostrar que la ciencia no existe, socialmente, como función emancipadora cognoscitiva modelo (como querrían los metarrelatos de la legitimación del saber ) ni como paradigma de una razón ansiosa de unidad, sino como saber que se mueve entre la apertura de un horizonte ilimitado de exploración y la conciencia del carácter limitado de cada forma de conocimiento, según Gianni Vattimo, la centralidad del arte (de la experiencia estética) se empieza a hacer evidente desde el punto de vista práctico en el renacimiento, por el proceso de promoción social del artista que le confirió dignidad, carácter excepcional, funciones sacerdotales y civiles. Seguidamente, desde el punto de vista teórico, por la utilización de modelos estéticos en la visión de discursos no estéticos (cuyo extremo sería la historia de la ciencia planteada por Khun ). Y finalmente, con el advenimiento de la sociedad de masas, por la imposición de modelos estéticos de comportamiento y la "disolución" del principio de realidad en la "vaguedad poética".
En efecto, los discursos alrededor del hipertexto, como hemos visto, pueden inscribirse en una o varias de las “escrituras” posmodernas que hemos revisado: como resistencia, en el sentido de cambio paradigmático o como adhesión al mundo de la vaguedad poética; como esperanza de liberación y emancipación del hombre comprometido ahora con un nuevo pensar-vivir (y dedicaremos todo un aparte a este tema); como extensión de la creatividad en cuanto reto estético frente a nuevos instrumentos tecnológicos de expresión; o como encarnación de esa centralidad de lo estético que se manifestaría por la proclama: seremos por fin todos escritores.
EL HIPERTEXTO Y LA ESTÉTICA DE LAS FUERZAS.
Landow acerca de lo que él llama las reconfiguraciones de la escritura; es decir, las transformaciones que impone la utilización potenciada de la herramienta hipertexto sobre ciertas dinámicas tradicionales de la escritura como el texto, el autor y la narrativa. Pero antes, recordemos cómo define Landow el hipertexto, hipertexto es un tipo de texto electrónico no secuencial, constituido por una serie de bloques conectados entre sí por nexos. Estos nexos pueden conectar no sólo bloques internos, sino textos externos, lo que, de un lado, facilita distintos itinerarios para el usuario y, de otro, amplia la capacidad de exploración del contexto. Si a eso le agregamos la posibilidad del lector de interactuar y modificar el texto, ya sea añadiendo nuevos nexos, ya sea agregando nuevos bloques, tenemos configurada una de las dinámicas más claras de la estética posmoderna: la doble productividad. Por lo demás, que el hipertexto facilite la escogencia del trayecto y que además el lector pueda producir texto en forma inmediata a su lectura, garantiza no sólo la participación del lector sino que la escritura pierda en performatividad, lo cual constituye una de las condiciones fundamentales de la estética de fuerzas.

RECONFIGURACIONES DEL TEXTO.
· Landow asegura que los nexos, la intervención por parte del lector y la variabilidad del hipertexto afectan los modos de argumentación, generan aleatoriedad, relativizan el control del escritor y fragmentan radicalmente el texto. El texto, al hacerse alterable, pierde unidad y entonces se hace natural el ejercicio de la ínter y de la extra-textualidad.
· La fragmentación del texto, recuerda Landow, se lleva a cabo por dos vías: por fragmentación interna o por su inclusión en una red de textos; todo lo cual destruye la noción de unicidad del texto: el texto se convierte en un campo disperso de variantes y no en una entidad falsamente unitaria: se abre.
· Ahora, la retórica lineal sigue funcionando para la lexias (bloques), pero no para la estructuración general. Una primera consecuencia de esta multisecuencialidad es la deconstrucción del principio y del final. Si la retórica no es lineal, tampoco puede haber principio o final. Una segunda consecuencia es la relativización de la categoría de la totalidad: el todo se decide, no se impone. Acabar sólo significa, en hipertexto, estar dispuesto al cambio. La materia hipertextual es de por sí abierta.
· El hipertexto, al permitir conectar bloques de textos, al permitir anotaciones a un texto individual, y al facilitar la conexión con otros textos, incluso contradictorios, destruye la noción de univocidad; el texto pertenece ahora a una red, a un inmenso dialogo.

RECONFIGURACION DEL AUTOR.
Según Landow, la relativización de la figura del autor se da en el hipertexto al menos de dos maneras. Una: por la natural convergencia y entrecruzamiento de las funciones del lector y del escritor. El hipertexto promueve un lector activo y entrometido que cuenta, no sólo con libertad de trayecto, sino que está facultado para realizar anotaciones y crear nexos. Otra: debilitamiento de la autonomía del texto, lo cual genera una disminución de la autoridad del autor. También el lector puede percibir y expresar los nexos.
· Una segunda reconfiguración que observa Landow es lo que él llama, la erosión de la personalidad, es decir la deconstrucción de la figura de la personalidad en favor de la participación comunicativa. El papel del autor en la cultura del libro, llevó a pensar, según Landow, que era posible extraer una personalidad detrás del libro (estilo y visón de mundo), pero el hipertexto demuestra que ya no es posible hablar de un sujeto unificado, sino más bien de uno atenuado, vaciado, desgastado, en vías de extinción
· Los fragmentos, el material recuperado, los trayectos y los intrincados recorridos del hipertexto favorecen la desintegración de la voz centrada en el pensamiento contemplativo.


RECONFIGURACION DE LA NARRATIVA.
· Si el hipertexto pone en entredicho las formas basadas en la linealidad, entonces: o no se puede escribir ficción en hipertexto o las reglas cambian. Optar por lo segundo: la exploración de nuevas reglas narrativas, obliga, en primer lugar, a aceptar que asuntos tan sólidos en la narrativa tradicional como la secuencia fija, el principio y fin y la magnitud definida, no se acomodan a la escritura hipertextual. En segundo lugar, se requiere una apertura mental capaz de visualizar cambios tan dramáticos como los que nos enseña la historia de la literatura, cuando han surgido nuevos géneros o tipos literarios.
· Si optamos por la exploración y visualización de nuevas reglas, se hace necesario tener en cuenta lo que Landow denomina la ficción casi hipertextual. Es decir, la narrativa antes del hipertexto que luchaba por romper los límites del libro como forma, pero que no contaba con los medios para realizarlo efectivamente. Esa narrativa hace parte de una tradición que Landow identifica como la tradición de lo no lineal. Lo no lineal en narrativa ha producido, en su esfuerzo por romper los límites de la escritura tradicional, modelos que podrían constituir una primera guía para vislumbrar esas tan anheladas nuevas reglas.
· La linealidad afecta la historia y la trama tradicionales. Hay que pensar en una trama multidimensional y en una historia potencialmente infinita. La promoción de lo “dialógico”, afecta el diseño de la obra que ahora debe facilitar la intervención del lector, permitiendo que él escoja el camino, lo modifique e incluso actúe directamente sobre el desarrollo de la historia.
· Más que una lógica tradicional de causaefecto, la narrativa hipertextual debe promover la permutabilidad. Y más que la erudición, el collage y el ingenio verbal. Además debería ser posible liberar la historia a un espacio donde la condición sea: “todo es posible”.
· Todo lo cual conduce a una escritura de “segunda dimensión”: lo que debe ofrecerse como ficción hipertextual debe estar basado en un diseño de “estructura de estructuras”.
· Landow, evocando la narrativa casi hipertextual, propone potenciar los siguientes modelos narrativos: el diseño de trayectos de lectura, los cua-dros anidados (estructura de cajas chinas), trenzas, círculos encadenados, enlace de subsecuencias. Propone igualmente poner en práctica una lógica de combinaciones.
· Frente al problema de los principios y finales, Landow propone que puede haber una lexia que actúe como etiqueta de comienzo o diseños que permitan el comienzo en cualquier parte. En este caso, las lexias deben cumplir tres requisitos: autonomía, sentido poético y enlace potencial. Para el hipertexto lo importante no es el comienzo y el final, sino el nexo. El hipertexto, en todo caso, debe promover la apertura total del texto.
· Para Landow, en la narración hipertextual, es el autor quien ofrece posibilidades de trayecto, pero es el lector quien construye su sucesión temporal y su caracterización, dependiendo de un interés que de hecho es móvil. La lectura hipertextual no es completa ni necesariamente aleatoria, pero se acerca a la experiencia.

CONTENIDO


* Híper texto y literatura
* La literatura romántico-modernista
* La derrumbe de la vieja literatura
· Hipertexto y posmodernidad
· Escrituras de la resistencia
· Escrituras de la esperanza
· Escrituras de la creatividad
· Escrituras de la estética
· El hipertexto y la estética de las fuerzas
· Reconfiguraciones del texto
· Reconfiguración del autor
· Reconfiguración de la narrativa

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